Antes de empezar cualquier proyecto hay que sembrar sus semillas. Las semillas de este blog son la necesidad de expresarse, de conversar, de sacar conclusiones. Al empezar a crecer las raíces, tenemos el desarrollo personal del escritor, que ha perdido el miedo a su propio público ( "escribimos para ser leídos"), luego tenemos el tallo: el escritor empieza a sentirse seguro y estable, convive con su público y evoluciona, luego las hojas que son la interacción con otros que se unen a la idea del escritor, por último los frutos: el autor se da cuenta que su idea ha tomado cuerpo, que ha entrado en una comunidad de personas afines que creen en él y viceversa, que le ayudan a mantenerse con ideales y sueños, que se retroalimentan.
Mi planta aún no brota de su tierra, pero las semillas han sido sembradas con cuidado, esta planta se alimenta de sus lectores, y si las condiciones climáticas (popularidad) son buenas así como la atención del propio floricultor (escritor), está planta crecerá y dará bellos sus frutos pronto.
P.S. Et pour mes amies francais, je voudrais bien me rendre a vous et écrire en votre langue, si j'arrive a faire des belles phrases mais pour l'instant il faudra que je revise mon francais a l'academie.
Muchas gracias a ti, merci toi!
Decálogo del escritor
ResponderEliminarDe: Augusto Monterroso
Primero: Cuando tengas algo que decir, dilo; cuando no, también. Escribe siempre.
Segundo: No escribas nunca para tus contemporáneos, ni mucho menos, como hacen tantos, para tus antepasados. Hazlo para la posteridad, en la cual sin duda serás famosa, pues es bien sabido que la posteridad siempre hace justicia.
Tercero: En ninguna circunstancia olvides el célebre díctum: "En literatura no hay nada escrito".
Cuarto: Lo que puedas decir con cien palabras dilo con cien palabras; lo que con una, con una. No emplees nunca el término medio; así, jamás escribas nada con cincuenta palabras.
Quinto: Aunque no lo parezca, escribir es un arte; ser escritor es ser un artista, como el artista del trapecio, o el luchador por antonomasia, que es el que lucha con el lenguaje; para esta lucha ejercítate de día y de noche.
Sexto: Aprovecha todas las desventajas, como el insomnio, la prisión, o la pobreza; el primero hizo a Baudelaire, la segunda a Pellico y la tercera a todos tus amigos escritores; evita pues, dormir como Homero, la vida tranquila de un Byron, o ganar tanto como Bloy.
Séptimo: No persigas el éxito. El éxito acabó con Cervantes, tan buen novelista hasta el Quijote. Aunque el éxito es siempre inevitable, procúrate un buen fracaso de vez en cuando para que tus amigos se entristezcan.
Octavo: Fórmate un público inteligente, que se consigue más entre los ricos y los poderosos. De esta manera no te faltarán ni la comprensión ni el estímulo, que emana de estas dos únicas fuentes.
Noveno: Cree en ti, pero no tanto; duda de ti, pero no tanto. Cuando sientas duda, cree; cuando creas, duda. En esto estriba la única verdadera sabiduría que puede acompañar a un escritor.
Décimo: Trata de decir las cosas de manera que el lector sienta siempre que en el fondo es tanto o más inteligente que tú. De vez en cuando procura que efectivamente lo sea; pero para lograr eso tendrás que ser más inteligente que él.
Undécimo: No olvides los sentimientos de los lectores. Por lo general es lo mejor que tienen; no como tú, que careces de ellos, pues de otro modo no intentarías meterte en este oficio.
Duodécimo: Otra vez el lector. Entre mejor escribas más lectores tendrás; mientras les des obras cada vez más refinadas, un número cada vez mayor apetecerá tus creaciones; si escribes cosas para el montón nunca serás popular y nadie tratará de tocarte el saco en la calle, ni te señalará con el dedo en el supermercado.
El autor da la opción al escritor de descartar dos de estos enunciados, y quedarse con los restantes diez.
JE TE SOUHAITE BONNE CHANCE ECRIVAIN !!!!!